lunes, 16 de septiembre de 2013

XXXV Carrera Popular Fiestas de La Elipa

Ayer domingo 15 de septiembre participé en la XXXV Carrera Popular de las Fiestas de La Elipa ("sí que flipa"), el barrio donde viví durante 8 años. Fue una decisión repentina, casi por impulso, que tomé el sábado por la mañana. 

Reunión de forofos. Precio popular (3€). Posibilidad de inscripción allí mismo. Sin masificación. Sin tener que madrugar. Correr por calles de sobra conocidas. Poco más se puede pedir.

 Grupo de Forofos posando para la ocasión. De fondo, el Dragón de la Elipa, "icono" del barrio... Sí, sí, ese que salía en los títulos de crédito de Barrio Sésamo. A mi lado, con camiseta a rayas, Ninfa, ganadora de la carrera en categoría femenina. Una verdadera máquina.

10km, que al final quedaron en 9,6km según medición del Garmin. Fueron dos vueltas por las calles del barrio. Si por algo se caracteriza la zona es por tener cuestas mires por donde mires. Claro que, lo mismo que se suben, se bajan. 

Fui sin pretensión en lo que a tiempo se refiere, como últimamente viene siendo habitual. Y como más estoy disfrutando. Los dos primeros kilómetros, acompañada de Carmen (Ina en forofosdelrunning). A partir de ese punto, cada una a lo suyo. Ella metiendo zapatilla y yo a mi ritmillo.  

 Con Ina, minutos antes de la salida. A ver esas chicas Forofas si se animan!!

Disfruté mucho recordando que hace tres años andaba por esas calles... cuando la palabra running ni siquiera existía en mi diccionario. La cuestas de Ricardo Ortiz y la Avd. de Daroca que entonces pateaba, ayer las estaba encarando al trote. Y también la bajada por Marqués de Corbera. Un final de carrera cuesta abajo es una auténtica gozada. Los últimos 600 metros salieron a una velocidad media de 5,09 min/km. Casi sin darme cuenta. Lo prometo. Carrera sin chip. Tiempo oficioso: poco más de 56 minutos. 

 Con cara de "velocidad" (o algo así) llegando a meta

Compartí un rato de charla con los forofos, con los que no coincidía desde hace varios meses. Choqué manitas. Agradecí y aplaudí los ánimos recibidos desde aceras, balcones y coches, cuyos conductores esperaban pacientemente. Animé a algún corredor en los momentos de flaqueza. Bromeé con otros en la cola del pelotón. Me lo pasé genial. No me cabe duda: si puedo, el próximo año, repito. Y si es posible, también por impulso.